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El crack de la bolsa

Por fin la normativa europea y por ende la española pondrá fin al uso de las bolsas de plástico, cobrando sucesivamente por ellas hasta su total prohibición en el año 2021. ¿Pagar por contaminar los mares? Desde luego que en este punto yo estoy en desacuerdo. Los ciudadanos deberíamos exigir a los comerciantes y productores el fin del sobre empaquetado de los productos que consumimos y apostar por otros envoltorios más sostenibles. Ni siquiera deberíamos pagar por la bolsa que utilizamos. Simplemente, como consumidores, deberíamos concienciarnos de que el excesivo uso de plásticos es un peaje que no debemos pagar. La bolsa contamina el medio ambiente cuando se produce y cuando se utiliza. En esta autopista de degradación, el coste ambiental es de doble sentido. ¿Pagaría usted 15 céntimos porque una tortuga marina viva feliz en su medio natural o porque muera asfixiada con sus plásticos?

Ese es el precio del cambio. Nuestros mares y océanos regulan el equilibrio natural del planeta y no debemos ponerlos en riesgo. La industria debe apostar por otros materiales menos contaminantes y nosotros también debemos hacer un esfuerzo no económico sino vital por el futuro del planeta. En la cuenta del planeta yo hoy invierto mis 15 céntimos.

Una bolsa de plástico, flotando en las aguas del Mediterráneo. EFE

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